J Felipe Cajiga
Poder: “Tener una o varias opciones para realizar determinada cosa.“ “Ser capaz de dominar una situación o de hacer frente a las dificultades que ofrece una cosa o una persona.” Oxford Dictionary
Uno de los momentos más difíciles que me tocó vivir, fue cuando dejé de moverme y requerí que “hicieran por mi” lo que antes podía hacer sin tener que necesitar de la ayuda de nadie.
Fue fuerte para mi aceptar que tu pudor e intimidad ha pasado a un segundo término. Sin siquiera tener alguna opción.
Tener que ser movido, bañado, vestido, cargado y alimentado. Te hace sentir tan vulnerable, tan dependiente y desconsolado por no saber cuánto tiempo será así
Eres afortunado porque has recuperado algo de movimiento. Te dicen en algún momento. ¡¡Y muévete!! En otras ocasiones. Cuando tu cuerpo te dice no puedo. Hubo una ocasión en que mi tronco se fue para adelante vencido supongo por el peso quedando sentado en mi silla de ruedas. La cabeza para abajo y el terapeuta me gritaba levántate, hazlo, ¡empuja con las manos! y yo sin poder lograrlo, sentía que me caía cada vez más.
Fue creo uno de los instantes en que me venció la impotencia. Hasta el punto del llanto, pues cada grito que oía lo sentía como un gesto de insensibilidad y falta de empatía. ¡Por qué no me levantan! Si ve que no puedo.
O cuando en una cargada hacia la mesa de terapias, los camilleros no pudieron sostenerme y me dejaron caer. Más que los golpes, el sentirme en el suelo y el no haber podido no meter las manos. Fue más doloroso que la caída.
¡Que te digan que el objetivo que se persigue con tantos días y semanas de “terapias” tiene como objetivo el prepararte para afrontar los retos de la vida diaria, pero con ayuda!
Te enseñan a moverte y a colaborar para sentarte, acostarte, subir y bajar del carro, a comer, a asearte, a cambiar de posición. ¡¡Para cooperar con quien te auxiliará todos los días cuando ya estés en casa y por fin estés fuera del hospital!!
La casa debe ser adaptada. Imposible pensar en no tener ayuda de un camillero o enfermero te sugieren, si tienes dos mujeres en casa y no se vuelva una carga física para la familia además de lo emocional.
Requerirás alguien que te suba o baje una escalera, quien te baje y suba al carro cuando tengas que ir a consulta o a tus terapias.
Yo había recuperado algo de la movilidad de mis extremidades superiores y trabajar duro para fortalecerlas. Pues me sería de gran apoyo.
Fue cuando decidí que no aceptaría el no podrás. Los niños cuando aprenden a subir y bajar una escalera lo hacen sin estar de pie, sentados o como se dice “gateando”. ¿Por qué no?
Entonces lo platiqué con mi terapeuta, enfoquemos el trabajo en que pueda subir y bajarme de la silla y la cama con los brazos y desde el suelo, usando bancos, cojines todo lo que pueda estar al alcance.
Así fue, cuando sentí mayor confianza decidió que era el momento de probar si fuera posible subir y bajar las escaleras. Venciéndolo lo que sería quizá una de las barreras más importantes que encontraría al regresar a casa.
Fue así como me llevaron una mañana a las escaleras de servicio en el hospital, ni siquiera lo pensé. Estaba decidido a hacerlo, no me di tiempo de pensar que pasaría si no podía. Mi meta no era un escalón era subir porque no, los siete pisos.
Aquí quedo grabado el resultado. Fue el primer paso, que definió todo lo que vendría en adelante para mi rehabilitación y para la vida. si te cierran un camino, seguro habrá alguna otra ruta hacia tu destino.
Nada ni nadie decide por ti lo que puedes o no. Una enseñanza para toda la vida. Que quiero compartir con ustedes y transmitir a todo aquel que se sienta en su vida atorado porque alguien le diga que no podrá o porque no está seguro de su propia capacidad.
Voluntad: Es la capacidad humana para esforzarse lo necesario para hacer una cosa. Oxford Dictionary
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